Si existe un vínculo complicado ese es el de madres e hijas. Ese sentimiento que a lo largo de las etapas de la vida se transforma en disciplina, autoridad, celos, entendimiento, competencia, amistad, referencia, amor, compañerismo. Es la típica; de niñas son la autoridad que de vez en cuando nos guiñaba el ojo para permitirnos una picardía. Nos llevaban al colegio, cocinaban, se encargaban de organizarnos las decenas de actividades extraprogramáticas que hacíamos. En ese sentido mi vieja se portó… sólo me inscribió en algunas poquitas como ballet 3 veces a la semana, hockey los martes y dentista y catecismo los miércoles….
Al poco tiempo vino la adolescencia, temprana y extendida en mi caso (pobre madre). Mi ropa estaba en su placard y la de ella en el mío y si ella usa mi ropa y puede salir sin pedir permiso yo también! Ya soy grande! Cuando una más quería ellas menos cedían y entonces no quedaba otra que negociar o mentir. Por ejemplo mi límite para salir los sábados a la noche eran las 5AM, entonces cuando llegaba unas horas más tarde le atrasaba el reloj y después la despertaba para decirle que había llegado; antes de saludarme miraba la hora, me daba un beso y volvía dormirse. Que tonta realmente confiaba que se creía todos mis cuetos como cuando me encontró los cigarrillos en la mochila y le dije que eran de un amigo. Si sabe lo que pienso de solo mirarme, que ilusa!
De más grande aprendí a entenderla, a bajarla de ese pedestal de tan injusta perfección que se les exige. No sólo nos dieron la vida sino que nos la marcaron para siempre. Jodeme que nunca te encontraste repitiendo esas frases que siempre odiaste de ellas, esas conjugaciones de palabras molestas como:
Madres… creo que la naturaleza es sabia, por algo nos da una sola…
PD: Feliz día a todas las madres pero en especial a la mía, porque como dice Simone de Beavvoir “no se nace una mujer, se llega a serlo” vos me enseñaste, me acompañaste, me escuchaste y me bancaste en mi camino a serlo. Te amo ma!!!!
Al poco tiempo vino la adolescencia, temprana y extendida en mi caso (pobre madre). Mi ropa estaba en su placard y la de ella en el mío y si ella usa mi ropa y puede salir sin pedir permiso yo también! Ya soy grande! Cuando una más quería ellas menos cedían y entonces no quedaba otra que negociar o mentir. Por ejemplo mi límite para salir los sábados a la noche eran las 5AM, entonces cuando llegaba unas horas más tarde le atrasaba el reloj y después la despertaba para decirle que había llegado; antes de saludarme miraba la hora, me daba un beso y volvía dormirse. Que tonta realmente confiaba que se creía todos mis cuetos como cuando me encontró los cigarrillos en la mochila y le dije que eran de un amigo. Si sabe lo que pienso de solo mirarme, que ilusa!
De más grande aprendí a entenderla, a bajarla de ese pedestal de tan injusta perfección que se les exige. No sólo nos dieron la vida sino que nos la marcaron para siempre. Jodeme que nunca te encontraste repitiendo esas frases que siempre odiaste de ellas, esas conjugaciones de palabras molestas como:
- “comete todo el plato que un montón de chicos no tienen qué comer” y por eso yo tengo que desabastecer alimensiamente al mundo entero?
- “con todo no puedo” y yo ahora le digo lo mismo a ella cuando me llena los fines de semana con salidas familiares.
- “el día que tengas un hijo vas a saber lo que se siente” pero yo no te obligue a que me tengas, fue todo culpa tuya.
- “cuando te cases y tengas tu casa harás lo que quieras, mientras vivas en mi casa las reglas las pongo yo” y así lo hacía.
PD: Feliz día a todas las madres pero en especial a la mía, porque como dice Simone de Beavvoir “no se nace una mujer, se llega a serlo” vos me enseñaste, me acompañaste, me escuchaste y me bancaste en mi camino a serlo. Te amo ma!!!!
