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sábado, 27 de marzo de 2010

¿QUÉ COMO?


El tiempo ya descuenta, en pocos días me mudo sola. Muchos me dicen que le voy a tener miedo a los ruidos, que voy a tener que dejar de comprarme tanta ropa, que se me acabó la buena vida de cama tendida y platos limpios. Esos no son mis mayores miedos, mi gran preocupación es otra... más básica... quizás más simple... obviamente más elemental... la comida. No sé hacer ni un huevo duro, siempre me sale blandito, y cuando lo quiero pasado por agua me sale cocido; se me queman las tortas instantáneas; jamás puede amazar sin que queden grumos; ni siquiera sé calentar el agua para el mate, o muy fría o muy caliente, por suerte conocí la pava eléctrica. El horno, para mi, es el lugar perfecto para guardar suéters.

Lo que más impotencia me da son aquellas personas que se me acercan desde la oscuridad con sus consejos de cocina y toda la data de dónde conseguir precios más baratos ¿No hay otra cosa más interesante para decirme? Son consejos cual Doña Petrona para abaratar los costos y hacer más rendidora tus comidas... puaj¡

Puedo escribir cientos de hojas, trabajar por 50 horas seguidas, tejer una bufanda en cuestión de minutos, cambiar caños, planchar, romper, gritar, callar, lo que sea, pero no me pidan que calcule la medida justa de una porción de fideos.

Quien venga a casa a visitarme ya está advertido del peaje a pagar: tiene que cocinar, lo que sea, pero algo calentito ya que lo único que me sale es la ensalada de lechuga y los sandwiches. Los días en que estoy muy inspirada puede salir un arroz con atún (obviamente compro el que no se pasa) o unas arvejas con huevo, todo muy poco elaborado, cuestión de no correr riesgos de intoxicación.

Se me queman las hamburguesas, me sale acuoso el puré instantáneo, hasta me sale muy fuerte el jugo de sobrecito, lo puede hacer cualquier persona, con las mismas cantidades de agua que yo, y no le pasa, es sólo a mi.

Una vez se me ocurrió hacer una torta de brownie. Según la receta debería haber quedado crudito por dentro y crujiente por fuera... a mi me quedó cocido por dentro y carbonizado por afuera. Safó porque le puse dulce de leche y merengue por mayorista.

No es para mi, simple y llanamente, así que ya abro la agenda, qué día querés venir a cocinarme? Yo a cambio te ofrezco unos buenos mates a la temperatura ideal ya que, gracias a las innovaciones tecnológicas, en mi casa no van a faltar.



Pd: El posdata de hoy surgió a partir de una foto que me mandó mi amigo Beba para ver qué despertaba en mi imaginación, parece ser que le gusta mi parte más histriónica. Al instante me imaginé ahí, en la cocina, rodeada de todos esos elementos extraplanetarios y completamente ajenos a mi ¿Qué voy a hacer yo ahí? yo que pensaba, hasta hace poco, que el pisa papa era para darle formita a las tartas y que la espátula de cocina era un exótico casa mosca.

4 comentarios:

  1. yo puedo dar fe del desconcierto frente a semejante unitilidad gastronomica!!
    el texto...exquisito!

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  2. es verdad... sos la victima predilecta de mis hambugesas quemadas, jajaja

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  3. El cocinar es un placer para algunos, para otros una obligacion..Yo creo ya estar tildada en tu agenda..
    Tu nota me llego, prometor no mencionar mas el tema..Bon apettit!!!!!

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  4. totalmente perdonada porque los jueves la cocina es tuya!!!

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